sábado, 25 de febrero de 2017

FENCES. Camino hacia la Alfombra Roja

Dirección: Denzel Washington
NOTA: 7

Ya queda poco para la gran noche (o madrugada) de los premios más prestigiosos del mundo del cine. Concretamente mañana, domingo 26 de febrero, empezaran a desfilar por la alfombra roja las estrellas más conocidas de Hollywood. Y hoy, en vísperas de "la gran noche", os traigo una película que opta a cuatro estatuillas de oro. Se trata de Fences. El que es ya el tercer largometraje como director de Denzel Washington competirá mañana en las categorías de mejor película, mejor guión adaptado, mejor actor principal (el propio director) y mejor actriz de reparto.

Fences está ambientada en los años 50. Un padre afroamericano, Troy Maxson (Denzel Washington), lucha contra los prejuicios raciales mientras trata de sacar adelante a su familia en una serie de eventos fundamentales en su vida para él y para los suyos. Un tema bastante común en Hollywood (el de la discriminación racial) y por el que la Academia suele mostrar bastante empatía. La película está basada en la obra teatral con el mismo título de August Wilson, quien también se hace cargo del libreto de la película. Obra que además ya interpretó el propio Washington en Brodway. Ya el título, Fences, que viene a decir algo así como cercas, barreras, puede referirse, ya no a la propia cerca física que construyen padre e hijo alrededor de la casa, sino a todas esas barreras psicológicas que hacen tambalear la vida en familia. Un guión (adaptado) tremendamente pulido, con unos monólogos propios del arte teatral y que no pierden su esencia en la gran pantalla. Merecida nominación.

Denzel Washington, director y protagonista de 'Fences'

Posiblemente lo tenga mucho más difícil en la categoría de mejor película, pues en mi opinión, tiene por delante otras como Figuras Ocultas y, por supuesto, la gran favorita, La La Land. Sin embargo, solo por ver la gran interpretación de sus protagonistas, la película merece la pena. Y es que Denzel Washington ha venido para la batalla final. Una batalla en la que se enfrentará nada más y nada menos que a Casey Affleck y Ryan Gosling, dos de los favoritos para la estatuilla de oro. El papel de Washington parece que le va a medida. Un cabecilla de familia típico de los años 50, que intenta enseñar a sus hijos de las dificultades que plantea la vida, las pruebas que esta nos pone y cómo hay que superarlas cada día. Una actuación impecable que puede (y debe) hacer temblar a sus compañeros de nominación.



Viola Davis con  su Globo de Oro a Mejor Actriz de Reparto
Pero probablemente el premio más seguro es para la actriz de reparto. Aquí Viola Davis, como ya hizo en La Duda (2008) y en Criadas y Señoras (2011), nos vuelve a demostrar su calidad interpretativa y su fuerza detrás de las cámaras. Davis interpreta a Rose, la mujer de Troy. Una mujer de casa, fuerte, que vive por y para sus hijos, que puede ser o no feliz, pero siempre tiene una sonrisa en la cara. La actriz estadounidense presenta un crecimiento exponencial en la película. Y es que su compañero y director le tiene reservado lo mejor para el final. De momento ya ha sido premiada con el BAFTA y el Globo de Oro, veremos si culmina con su primer Oscar.

A estos dos monstruos de la escena les acompañan, completando el elenco, actores como Stephen McKinley Henderson, un consumado actor de teatro conocido por sus apariciones en la serie Ley y Orden y que ya vimos en otras películas como Lincoln (2012) o en una de las favoritas de este año, Mancester frente al mar; Jovan Adepo y Russell Hornsby, siendo Cory y Lyons Maxson repectivamente, los hijos de Troy; y cabe destacar, sobre todo, la actuación de Mikelty Williamson, que interpreta a Gab, el hermano deficiente de Troy. El nombre posiblemente no nos suene mucho, aunque seguro le conoceremos más por ser el mejor amigo de Tom Hanks en el clásico Forrest Gump: Benjamin Buford "Bubba". Un reparto de lujo que agranda aún más a los protagonistas.

De izquierda a derecha: Jovan Adepo, Stephen Henderson, Mikelty Williamson y Russel Hornsby

En definitiva, hablamos de una película con una historia de fondo, un director tremendamente reflexivo y un dúo de actores que destaca sobre todas las cosas. Llega al Golden Theatre sin hacer mucho ruido, sin ser una de las favoritas, pero teniendo las cuatro nominaciones que toda película querría tener (solo le falta la de mejor dirección). Veremos si ese silencio estalla en un grito al final de la noche.



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